El columnista Hideki Oki redactó en Diamond Online: “La esencia de la tecnología es hacer nuestra vida más cómoda”, pero también afirmó que existe cierta resistencia al pago electrónico frente al efectivo.
Las ventajas del uso de pago electrónico son claras, pero existen numerosos países donde dichos métodos de pago aun conllevan desventajas para los usuarios, como la seguridad de los mismos.
Existe un creciente escepticismo sobre cómo nuestros datos son recopilados y usados por gigantes tecnológicos como Google y Amazon, y como gracias a nuevas leyes de protección de datos como GDPR han destapado casos de violaciones de datos. El hecho de ser vulnerable a robo de datos y fraude con el pago electrónico hace que los consumidores elijan pagos en efectivo para sus compras. Por lo tanto, se puede observar un uso mayor del efectivo en lugares como los Estados Unidos y Europa, donde se aprecia el anonimato del pago en efectivo.
Otra consideración es la accesibilidad. Algunas personas tienen dificultad al manejar ciertas tecnologías, en especial las personas de avanzada edad. También existe en países como Estados Unidos gente que no dispone de cuentas bancarias por lo que solo pueden usar efectivo. Incluso con toda la tecnología disponible en una sociedad moderna, apreciamos un uso significativo del pago en efectivo.
En los Estados Unidos el pago electrónico está en continuo crecimiento. Recientemente algunas compañías se han declarado “cashless” (Solo pago electrónico). Pero han tenido que renunciar y aceptar efectivo como resultado de la presión ejercida por los clientes y de leyes para evitar la exclusión de minorías y colectivos vulnerables.
Respecto a los pagos mediante Smartphone, existe un 23% de americanos con salarios por debajo de 30.000$ que no pueden permitirse uno y quedan excluidos.
Algunas ciudades y estados han tomado medidas para asegurarse que sus ciudadanos siempre puedan realizar sus pagos mediante efectivo de curso legal. Por ejemplo, en el Estado de New Jersey y la ciudad de Filadelfia, donde es obligatorio aceptar efectivo en todos los negocios como forma de pago.
El aumento de los métodos de pago electrónicos está teniendo un efecto adverso en la accesibilidad del efectivo. Cajeros automáticos han sido retirados haciendo más difícil la obtención de efectivo para realizar pagos.
Los expertos piensan que la tendencia hacía la imposición del pago electrónico se acelerará en 2020, y teniendo en cuenta la situación de Reino Unido donde las sucursales bancarias están siendo cerradas, existe la preocupación de que las personas más alejadas de la tecnología se queden atrás.
En el entorno económico de Nikkei, el señor Takuya Hirai, Ministro de Ciencia y Tecnología, hizo la siguiente reflexión: “Estamos avanzando hacia establecer en un 40% el pago electrónico en 2025, y después aumentarlo al 80%, pero tendríamos que considerar si la gente esta buscando una sociedad así”.
No hay ninguna duda que el pago electrónico continuará creciendo, pero necesitamos tomar decisiones inteligentes y considerar las necesidades del consumidor que se ve obligado a usar la tecnología.
El pago electrónico o sin efectivo está en aumento en Reino Unido. Este es un país convencido de las ventajas de avanzar hacia un modelo libre de efectivo, y el cierre de las sucursales bancarias a lo largo de todo el país hace más difícil la obtención de efectivo. En algunos lugares, entre el 60% y el 70% de los pagos son sin efectivo.
“The access to Cash”, publicado en 2019 alertaba sobre la tendencia hacia una sociedad digital y sin efectivo donde se hace necesario preservar el acceso de los consumidores al efectivo como método de pago. Este informe también muestra que el 17% de la población de Reino Unido, más de 8 millones de personas en edad adulta, están teniendo dificultad para adaptarse a la tecnología.
Este país está aún muy lejos de alcanzar un entorno sin efectivo. El número de pagos con tarjeta de crédito ha crecido, pero el efectivo aún resiste.
En España, alrededor del 84% de los pagos menores de 50€, suponiendo el 91% del total son usando efectivo. Las tarjetas de crédito son mayoritariamente usadas para pagos de más de 50€.
En la mayor parte de los países de Europa como en Alemania, La gente prefiere usar métodos de pago tradicionales, integrados de algún modo en su cultura. Incluso la necesidad de creación de credenciales para pago electrónico y compras Online, supone un inconveniente para los consumidores. La preservación de la seguridad de los datos en la cultura centroeuropea está muy arraigada, lo que provoca una preferencia hacia el anonimato. Es por eso que el efectivo sigue siendo el método de pago más utilizado en las tiendas.
Según el Banco Central Alemán, un sorprendente 75% de las transacciones son realizadas en efectivo. Una encuesta realizada sobre el uso o no del efectivo indica que los alemanes mantienen reservas de dinero en efectivo en casa debido al escepticismo de los bancos y la seguridad de sus datos.
En otros países vecinos, como Países Bajos, los métodos de pago electrónicos son mayormente aceptados. Aún así, Johannes Beermann (director del Banco Central) considera que los métodos de pago digitales y mediante efectivo son 2 caras de la misma moneda, por lo que es importante mantener el flujo de ambos métodos de pago para garantizar la accesibilidad.
En resumen, se aprecia una tendencia global hacia pagos sin efectivo. Sin embargo, existen grandes variaciones en base a las distintas regiones y culturas. Gobiernos e incluso bancos están convencidos de que el uso del efectivo está disminuyendo por lo que se hace necesario mantener el flujo de dinero en efectivo para garantizar la accesibilidad.
También se hace necesaria una adecuada circulación del efectivo para los casos donde el uso de sistemas de pago electrónico falle o dichos sistemas se vean comprometidos. De esta manera los consumidores podrían continuar realizando sus compras.
